Ir al contenido principal

Te voy a contar una historia...



Había una vez, una pequeña niña que vivía en armonía con su familia, sus amigos y sus hermanos de la iglesia.
Ella asistía con su familia a la iglesia todos los domingos.
Cuando era pequeña, solía ir al coro infantil, iba al culto y a las clases dominicales.
Su familia la quería muchísimo y, aunque en realidad era un poco rara, tenía amigos.
El tiempo pasaba y ella crecía y crecía.
Seguía asistiendo a la iglesia y todo parecía ir de maravilla.
Pero detrás de esa adorable sonrisa se encontraba el dolor y la soledad.
Nadie parecía darse cuenta de lo que esa pequeña niña sufría.
Así que un día ella decidió suicidarse...

¿Que fea historia, verdad?
Y ¿Sabes que es lo peor?
Esa historia es real.
Es mi historia.


Pero no te alteres.
Como podrás ver (mejor dicho leer), sigo viva.
Aquí esta mi testimonio que por cierto me costó años poderlo compartir, pero yo sé que sería muy egoista no compartir con el mundo lo que Dios hizo por mí.
No sé por que, pero me expreso mejor sobre mis sentimientos en inglés.
Tiene faltas de ortografía y algunas palabras que como que no van.
Pero creo que el mensaje es el mismo.
No era tan sencillo escribir con los ojos llenos de lágrimas... jaja.
Aquí esta el video original en inglés y el video traducido:









Ese es mi testimonio.

Dios LITERALMENTE me salvó la vida dos veces:


Primera: cuando mandó a su hijo Jesucristo a la tierra para morir por mi (y por ti también) y así pagar nuestros pecados para darnos vida eterna y una nueva vida.


16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16


Segunda: cuando abrió mis ojos a la verdad, cuando me dio libertad y me quitó las cadenas del pecado en el que estaba.

Él salvó mi vida y me ha dado una segunda oportunidad para seguir haciéndo su voluntad, para rehacer mi vida y ser feliz como Él quiere que sea.


No puedo más que derramar lágrimas de agradecimiento al recordar todo lo que me pasó y la manera en que Dios me salvó.
Ahora veo todo como si hubiese despertado de un sueño profundo y lejano.
Un sueño en donde estaba sola y sin Dios.

Estaba tan desesperada porque enserio creía IMPOSIBLE poder salir adelante.
Yo estaba completamente segura de que jamás iba a cambiar e incluso pensaba que si seguía viva iba a hacerme vieja sintiendome exactamente de la misma forma.
Al principio pensé que podría manejarlo y resignarme a sentirme así... pero me olvidé de Dios.
Mis intentos por mejorar siempre fallaban y terminaba aún peor de lo que estaba porque intentaba hacerlo por mi misma.
De cierta manera creía que estaba demasiado perdida como para que Dios quisiera salvarme.
Pero Él mandó a su unico hijo a morir por nosotros, ¡POR MI!
Pagó el precio de mi pecado y se entregó a si mismo para que yo pudiera ser libre en Él, tener esperanza y vida eterna.

Y ¿Qué pide a cambio?
Confiar en él.
Aceptarle cómo tu único y suficiente salvador.
Entregarle tu vida y vivir conforme a su Ley.

Tan simple cómo eso... mejora tu vida.

En verdad... si Él en su enorme misericordia no me hubiera salvado ahora estaría en peores condiciones o incluso ya me habría matado.
Suena feo pero estuve al borde de la muerte estuve a UN DIA a menos de 25 horas de morir por mi propia mano.
A punto de cumplir los deseos de Satanás.
A punto de perderme.
Estuve como hipnotizada viviendo cosas que no tenía por que vivir.
A punto de causar un enorme sufrimiento a quienes amo y me aman.

Y ¿Porqué?
Por no querer escuchar a Dios.
Por pensar que podía hacerlo por mi misma.

Pero Dios en su infinito amor me tocó... me hizo volver y darme cuenta.
Me susurro : Te amo.

Y yo lo escuché.

Estoy viva por gracia suya.

Y ahora lloro pero ahora es de alegría no de desesperación.
Lloro lágrimas de eterno agradecimiento.
Jamás podré olvidar lo que Dios ha hecho por mí.

Es mi testimonio y lo quiero compartir con todo aquel que esté dispuesto a escuchar.

Sólo Dios tiene el poder de cambiar a las personas radicalmente.
Él es Todo poderoso.

Él tiene control de todo y las leyes que nos ha dado no son sino para nuestro bien.

Dios existe.
Dios está aquí esperandote y te ama.

Gracias a Él estoy aquí y gracias a Él tú puedes vivir una vida llena de paz.

Al principio decidí compartir mi testimonio por medio del ministerio Jesús24x7 a quienes envié mi video y ellos lo subieron a youtube y aquí está la liga al post original (en inglés)

Comentarios

Erick Santillán ha dicho que…
Y sigo llorando cada vez que lo leo...
Lu Ann ha dicho que…
yo también.
Enserio gracias por haber estado para mí en esos momentos.
Te quiero muchísimo amigo.

Bananii =D
Gracias a Dios, la otra historia que se contó en tu experiencia, fue la de la cruz de Cristo. Él es real y la única esperanza...
Michelle ha dicho que…
Hola Bananii,

I think I've seen your video before and posted it on my FaceBook page for my friends to see. :)

Thank you *so* much for sharing it on the Internet - what the Lord can do is indeed beautiful! It brought me much joy to see how you are trusting Him... it is my desire that other girls would also find hope in Christ.

To God be the glory!

Blessings to you and your family.

Un gran abrazo,
-Michelle

Entradas populares de este blog

Aquí estoy.

Pensé que podía malgastar mi vida sin consecuencia alguna, que podría hacer lo que me placiera sin necesidad de darte cuentas. ¿Cómo puedo ser tan malagradecida? Me alejé por el camino que me pareció correcto, quizá pensé que sería divertido, que sería fácil. Me dijiste que te escuchara, que me guiarías por sendas de paz pero seguí caminando sin mirar por dónde estaba pisando... Una a una me tragué las mentiras que me ofreció el mundo, voces y más voces, a mi parecer, muy sabias. Las escuché y canté su melodía. Un día me desperté en medio de un charco de asqueroso lodo. Tierra sucia, barro indeseable, polvo de lágrimas. Me quedé sentada durante unos instantes, me dije a mi misma que debía ser fuerte, que no tenía nada de malo, que todos estaba allí. Poco a poco las voces rompieron mi silencio y comenzaron a hablar de nuevo. Esta vez presté atención y las voces que me habían parecido tan sabias en realidad sonaban tan confundidas como la mía. Entonces caí en la c

Afan...

"Por eso les digo: No se preocupen por su *vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?" Cómo miles de personas en México, mi familia no se libró de los estragos de la crisis económica. No me había dado cuenta de cuánto estrés estaba reteniendo dentro por lo mismo. No es la primera vez que atravezamos momentos difíciles, sólo que entonces era muy pequeña como para darme cuenta. Ahora, que manejo en mi diario vivir un poco más de capital para gastos escolares, recreativos o necesarios, puedo sentir la preocupación de saber administrarlo correctamente. Ese miedo de derrochar las cosas... esa sensación de impotencia. Gracias a Dios por que Él siempre cumple sus promesas, nunca nos ha faltado ni nos faltará que vestir, dónde dormir o que comer. No estamos en el hoyo ni mucho menos, pero las carencias comienzan a sentirse. Esa presión. Pero hoy, mi papá compartió con nosotros un

Él perdona...

Ya está. Conocemos lo que hay que hacer para arrepentirnos de nuestros pecados. Sabemos que Dios nos perdona. ¿Lo sabemos? Pero... existen cosas en nuestro pasado que guardamos bajo llave muy, muy en lo profundo de nuestro corazón. No queremos que nadie lo sepa, es más, ni siquiera queremos recordarlo nosotros mismos. Pero es parte de lo que somos y es lo que nos trajo al lugar en donde estamos ahora, sea bueno o malo. Algo nos pesa, venimos arrastrando un algo desde muchas millas atrás. Es entonces cuando tienes que detenerte y revisar tu cofre de secretos. Algo allí no anda bien. Algo allí te detiene. ¿Por qué? Entonces quizá contra nuestra voluntad, recordamos ese algo que habíamos logrado ignorar por un rato y nos damos cuenta de lo mucho que nos pesa. Caemos en la cuenta de que nos está hiriendo el pasado y quizá dudamos si Dios podría perdonarnos eso. Pero no lo dudamos porque sea algo que haya que cuestionarse. Dios perdona. El lo prometió. El perdona a los que se a