Ir al contenido principal

¿Existe Dios?


La existencia de Dios ha sido cuestionada por miles y miles de personas alrededor del mundo.
Yo por mi parte no sólo creo que exista... estoy absolutamente convencida de que Dios existe.
Lo siento conmigo, lo veo día a día en todo lo que me rodea.
Él está en mi vida y ha hecho muchas cosas a mi favor.
Yo lo sé y sé que nada prodría convencerme de lo contrario.

Tengo personas muy cercanas que no creen que Dios exista.

Pero déjenme decirles una cosa: para poder decir que Dios no existe necesitas conocer todo lo que hay en mundo y conocer a todas las personas, la historia del universo, haber leido todos los libros escritos, haber leido la Biblia mil veces y haber investigado todos los temas habidos y por haber.

Les daré un ejemplo:

Si tu me dices que no hay oro en China, ni un solo gramo, entonces eso quiere decir que ya recorriste todo China, que ya buscaste en cada milímetro de cada mina en China.
Quiere decir que ya te aseguraste de que en las fronteras Chinas no está permitido pasar oro.
Quiere decir que ya hablaste con todos los habitantes de China y que ya revisaste sus cajones, sus cajas fuertes, su joyería, etc.
Quiere decir que ya conoces todo lo que hay en China.
Sólo así tu podrías decirme y asegurarme de que no existe ni un solo gramo de oro en China.
Sólo así tendrías la autoridad para decir "En China noi hay oro."

No estoy equivocada ¿Cierto?

Pero que pasa si yo voy a China y entonces veo a un Chino caminando en la calle con un pendiente de oro.
Uno solo.

Entonces yo puedo decir "En China hay oro" y no estaría equivocada.

Algo parecido sucede con Dios.

Yo tengo a Dios en mi vida.
Nadie me ha obligado a creer.
Yo soy hija de Dios y estoy orgullosa de ello.
Si tu me aseguras que Dios no existe demuestrame que ya lo conoces todo, entonces yo te diré que hay evidencia de Dios en mi vida y en la de muchos otros y no podrás desmentirme.

GDS: ¡Ya Levántate!


En este blog planeo también dar la evidencia que existe de Él en mi vida.



Comentarios

¡Yo también he visto a un chino con pendientes de oro!

Muy buen artículo Bananii. Sigue adelante, que el Señor te está usando; lo sé.

Entradas populares de este blog

Aquí estoy.

Pensé que podía malgastar mi vida sin consecuencia alguna, que podría hacer lo que me placiera sin necesidad de darte cuentas. ¿Cómo puedo ser tan malagradecida? Me alejé por el camino que me pareció correcto, quizá pensé que sería divertido, que sería fácil. Me dijiste que te escuchara, que me guiarías por sendas de paz pero seguí caminando sin mirar por dónde estaba pisando... Una a una me tragué las mentiras que me ofreció el mundo, voces y más voces, a mi parecer, muy sabias. Las escuché y canté su melodía. Un día me desperté en medio de un charco de asqueroso lodo. Tierra sucia, barro indeseable, polvo de lágrimas. Me quedé sentada durante unos instantes, me dije a mi misma que debía ser fuerte, que no tenía nada de malo, que todos estaba allí. Poco a poco las voces rompieron mi silencio y comenzaron a hablar de nuevo. Esta vez presté atención y las voces que me habían parecido tan sabias en realidad sonaban tan confundidas como la mía. Entonces caí en la c

Él perdona...

Ya está. Conocemos lo que hay que hacer para arrepentirnos de nuestros pecados. Sabemos que Dios nos perdona. ¿Lo sabemos? Pero... existen cosas en nuestro pasado que guardamos bajo llave muy, muy en lo profundo de nuestro corazón. No queremos que nadie lo sepa, es más, ni siquiera queremos recordarlo nosotros mismos. Pero es parte de lo que somos y es lo que nos trajo al lugar en donde estamos ahora, sea bueno o malo. Algo nos pesa, venimos arrastrando un algo desde muchas millas atrás. Es entonces cuando tienes que detenerte y revisar tu cofre de secretos. Algo allí no anda bien. Algo allí te detiene. ¿Por qué? Entonces quizá contra nuestra voluntad, recordamos ese algo que habíamos logrado ignorar por un rato y nos damos cuenta de lo mucho que nos pesa. Caemos en la cuenta de que nos está hiriendo el pasado y quizá dudamos si Dios podría perdonarnos eso. Pero no lo dudamos porque sea algo que haya que cuestionarse. Dios perdona. El lo prometió. El perdona a los que se a

Afan...

"Por eso les digo: No se preocupen por su *vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?" Cómo miles de personas en México, mi familia no se libró de los estragos de la crisis económica. No me había dado cuenta de cuánto estrés estaba reteniendo dentro por lo mismo. No es la primera vez que atravezamos momentos difíciles, sólo que entonces era muy pequeña como para darme cuenta. Ahora, que manejo en mi diario vivir un poco más de capital para gastos escolares, recreativos o necesarios, puedo sentir la preocupación de saber administrarlo correctamente. Ese miedo de derrochar las cosas... esa sensación de impotencia. Gracias a Dios por que Él siempre cumple sus promesas, nunca nos ha faltado ni nos faltará que vestir, dónde dormir o que comer. No estamos en el hoyo ni mucho menos, pero las carencias comienzan a sentirse. Esa presión. Pero hoy, mi papá compartió con nosotros un