Ir al contenido principal

Ser tu mismo

>Una vez leí una frase: "La vida no se trata de encontrarte, si no de crearte"

Sinceramente no sé quien la inventó ni de donde la saqué, pero no es mía.
Esa frase me gustó muchísimo.
Creo que es verdad.

Tú eres tus memorias, tus pensamientos, tus sentimientos, tus vivencias.
Tomas un poco de cada situación y eso forma parte de tí.

Vivirás cosas pésimas que te dolerán mucho... pero también vivirás cosas maravillosas.
La cuestión está en decidir si te quedas con esas cosas malas o si guardas las hermosas.
Eso no lo decide nadie si no tú.

Siempre habrá algo que te haga único.

Para serte sincera... Yo llegué a sentir que ser "yo" no podía ser extraordinario.
Me esforzé tanto en ser diferente que dejé de ser yo.
Me volví todo menos yo.
Y... no fui diferente, por que en realidad era la copia de otras personas a las que yo consideraba "extraordinarias".

Y sé que apenas estoy en el proceso de conocerme y de crearme, pero si algo sé es que no vale la pena ser igual a los demás si vas a dejar de ser tú mismo.

Comentarios

Efectivamente, estimada Bananii, la vida duele pero por otro lado, puede ser maravillosa... Hay una forma...

Felicidades por tu blog, sé que estará lleno de artículos interesantes; espero andar por acá fecuentemente.

Que Dios te siga bendiciendo.
Anónimo ha dicho que…
muy bonitos articulos =)
Anónimo ha dicho que…
muy bonitos articulos =D

Entradas populares de este blog

Aquí estoy.

Pensé que podía malgastar mi vida sin consecuencia alguna, que podría hacer lo que me placiera sin necesidad de darte cuentas. ¿Cómo puedo ser tan malagradecida? Me alejé por el camino que me pareció correcto, quizá pensé que sería divertido, que sería fácil. Me dijiste que te escuchara, que me guiarías por sendas de paz pero seguí caminando sin mirar por dónde estaba pisando... Una a una me tragué las mentiras que me ofreció el mundo, voces y más voces, a mi parecer, muy sabias. Las escuché y canté su melodía. Un día me desperté en medio de un charco de asqueroso lodo. Tierra sucia, barro indeseable, polvo de lágrimas. Me quedé sentada durante unos instantes, me dije a mi misma que debía ser fuerte, que no tenía nada de malo, que todos estaba allí. Poco a poco las voces rompieron mi silencio y comenzaron a hablar de nuevo. Esta vez presté atención y las voces que me habían parecido tan sabias en realidad sonaban tan confundidas como la mía. Entonces caí en la c

Afan...

"Por eso les digo: No se preocupen por su *vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?" Cómo miles de personas en México, mi familia no se libró de los estragos de la crisis económica. No me había dado cuenta de cuánto estrés estaba reteniendo dentro por lo mismo. No es la primera vez que atravezamos momentos difíciles, sólo que entonces era muy pequeña como para darme cuenta. Ahora, que manejo en mi diario vivir un poco más de capital para gastos escolares, recreativos o necesarios, puedo sentir la preocupación de saber administrarlo correctamente. Ese miedo de derrochar las cosas... esa sensación de impotencia. Gracias a Dios por que Él siempre cumple sus promesas, nunca nos ha faltado ni nos faltará que vestir, dónde dormir o que comer. No estamos en el hoyo ni mucho menos, pero las carencias comienzan a sentirse. Esa presión. Pero hoy, mi papá compartió con nosotros un

Él perdona...

Ya está. Conocemos lo que hay que hacer para arrepentirnos de nuestros pecados. Sabemos que Dios nos perdona. ¿Lo sabemos? Pero... existen cosas en nuestro pasado que guardamos bajo llave muy, muy en lo profundo de nuestro corazón. No queremos que nadie lo sepa, es más, ni siquiera queremos recordarlo nosotros mismos. Pero es parte de lo que somos y es lo que nos trajo al lugar en donde estamos ahora, sea bueno o malo. Algo nos pesa, venimos arrastrando un algo desde muchas millas atrás. Es entonces cuando tienes que detenerte y revisar tu cofre de secretos. Algo allí no anda bien. Algo allí te detiene. ¿Por qué? Entonces quizá contra nuestra voluntad, recordamos ese algo que habíamos logrado ignorar por un rato y nos damos cuenta de lo mucho que nos pesa. Caemos en la cuenta de que nos está hiriendo el pasado y quizá dudamos si Dios podría perdonarnos eso. Pero no lo dudamos porque sea algo que haya que cuestionarse. Dios perdona. El lo prometió. El perdona a los que se a